miércoles, 7 de diciembre de 2011

La fanesca política que el Presidente sazonó...

5 DE ABRIL DEL 2010 . VANGUARDIA

El proceso para fundar la nueva sociedad ecuatoriana continúa con el nacimiento de los siete miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
El Cpccs es hijo de padres conocidos y fue engendrado en el complaciente vientre del Consejo Nacional Electoral. De la lectura de la Constitución se desprende que los padres de estos septillizos son una parejita extranjera compuesta por el señor Control Social y doña Transparencia, en cuyo nombre y representación los recién nacidos presidirán los procesos para la integración de los organismos públicos del Ecuador. En pocos meses no habrá en el país ni un solo funcionario público importante —jueces incluidos—, cuya designación para ejercer el cargo sea ajena al filtro del Cpccs.
Por mandato constitucional este Consejo es una todopoderosa congregación para la defensa de la nueva e incorrupta verdad: la que proviene de la doctrina de la fe en la participación ciudadana, cuyo infalible predicador es Rafael Correa.
La manipulación del gobierno, al aplicar en nombre de la participación ciudadana la ley del embudo —en que la parte ancha es para los sabidos y la angosta para los tontos— nos tiene, a algunos ecuatorianos y al gobierno, en un permanente forcejeo con el objeto de evitar caer por el desaguadero que nos conduce al fracaso.
Ellos no perdieron el tiempo, desde el primer día el Presidente se uniformó con camisas modelo Pachamama y junto con los asambleístas de Alianza País redactaron la Constitución que rige este proceso, para realizar las designaciones de los jerarcas del futuro control público y privado del Ecuador; que se inicia en un país en el cual la incertidumbre es la etiqueta de todos los escenarios nacionales, dado que una misma persona llamada Rafael Correa pretenderá hacer dos cosas al mismo tiempo: administrar el país a su antojo e inspirar al Cpccs para que haga los nombramientos a su gusto y medida.
Entre tanto, así vivimos en el Ecuador de hoy: la gula, apetito feroz y desordenado por alimentarse políticamente de medios de comunicación, es una pasión compartida entre el presidente Correa y los ñaños Vinicio y Fernando Alvarado, la cual los ha llevado a que el gobierno sea el responsable de la administración de diarios, canales y radios, públicos e incautados. Dado que ellos no quieren ni pueden venderlos, la mejor manera de seguirlos controlando es pasando su propiedad a los trabajadores de estos medios y a cualquier acreedor de la ex AGD.
El irrespeto presidencial a los derechos del poder legislativo lo ha llevado a actuar como abogado del fiscal Washington Pesántez, llegando a exigir a sus hermanos ideológicos que renuncien al escudo constitucional de la inmunidad.
En lo internacional, nuestra política vive de acuerdo a los intereses del oportunismo presidencial.
Cuando los chinos nos prestan plata, son buenos y cuando no nos prestan, son chinos malos. El Primer Mandatario ha protagonizado tantas contradicciones en materia internacional, que los pesos pesados de toda América lo miran como a un enfant terrible, pero no lo toman en serio. Y a Colombia no le importa quedarnos a nivel diplomático de mutuos encargados de negocios por el tiempo que sea necesario.
Minería, agua, petróleo, tenencia de la tierra, política agrícola, banca, exportaciones e importaciones...
desconocen su futuro, en un país que de la noche a la mañana infló el gasto público y que no encuentra crédito para ponerse al día con los afortunados constructores de carreteras ni para pagar a proveedores y militares. La fórmula presidencial para financiar Coca Codo Sinclair y la Refinería del Pacífico ha fracasado. Las futuras relaciones con los indios y con los asambleístas son parte de la incertidumbre nacional.
¿Podrán Correa, Alexis y los Alvarado tomar el control total de las decisiones del Cpccs, o tendrán que negociar los nombramientos usando el método del toma y daca, cuyo primer ensayo podría ser el juicio al quisquilloso Fiscal? ¿Cuál está y cuál terminará, finalmente, más solo? ¿Rafael Correa o Emilio Palacio?    

No hay comentarios:

Publicar un comentario