martes, 13 de diciembre de 2011

Sólo crece el número de desempleados en el país

27 DE SEPTIEMBRE DEL 2010 . VANGUARDIA  

El año 2005 nació Vanguardia. El año 2005 nació la candidatura presidencial de Rafael Correa. Durante los cinco años que han transcurrido hasta hoy, en que usted tiene la editorial número 259 en sus manos, en Ecuador se han producido muchos hechos y pocos cambios.
Mucho ruido, pocas nueces.
La revista de los cambios fue el título del primer editorial de Vanguardia escrito por nuestro socio y director editorial José Hernández. Allí se lee: “Nada, en apariencia, favorece en este momento la publicación de una revista semanal. Hay inestabilidad política, incertidumbre económica, bloqueo institucional… Hay desencanto… Hay amplias franjas de ciudadanos hastiados de diagnósticos, ineficiencia y aventuras políticas… Vanguardia será la revista de los cambios… Auspiciaremos procesos más democráticos y más incluyentes… No evitaremos la polémica inteligente y respetuosa, y en ese campo provocaremos debates… Seremos la revista de la modernización democrática que incluye lo social y cultural… Ecuador es entonces nuestro proyecto… El bien común es un valor que defenderá esta revista que pondrá distancia con los grupos de poder, partidos políticos y otros intereses particulares, confesionales o gremiales… Queremos ser resuelta y activamente contemporáneos… Buscaremos reconciliar el periodismo, extraviado en los discursos, con las historias que propone.
Iremos tras los protagonistas que señalan caminos. Porque Ecuador es nuestro proyecto, nos proponemos construirlo con ustedes”.
Al mismo tiempo que Vanguardia comenzaba a gatear, un grupo dirigido por Alberto Acosta y Gustavo Larrea lanzó a Rafael Correa como candidato de Alianza País. El grupo ya no existe, pero el candidato se quedó con Alianza País; y como abanderado de la constitución de Montecristi se quedará como Presidente todo el tiempo que pueda.
Al principio del 2006 Vanguardia pronosticó que Rafael Correa ganaría. Aunque él no era favorito en las encuestas, percibimos que era un comunicador político moderno, muy diferente a sus aburridos competidores. Allí el candidato de Alianza País compitió con la agonizante clase política, y le fue fácil explicar al país lo mismo que Vanguardia dijo en su primer editorial respecto de la inestabilidad política, incertidumbre económica y bloqueo institucional.
Penosamente todo cambió, pero nada mejoró. La estabilidad política que hoy tenemos consiste en que la gran presencia numérica del correísmo en el poder legislativo se presta para que las leyes enviadas por el Presidente entren en vigencia tal como él las quiere, pues todos los cambios que se hacen en la Asamblea Nacional son vetados, devueltos y, en pocos días, entran en vigencia por una forma de prostitución legislativa llamada el Ministerio de la Ley.
La incertidumbre económica que Correa prometió eliminar, causada según él por la colusión del neoliberalismo con la nefasta dolarización, se ha convertido en la certidumbre de que la inversión privada nacional o extranjera es mirada con desprecio por el gobierno nacional, incapaz de lograr nuestro crecimiento y desarrollo económico, pues lo único que crece en el Ecuador es el número de desempleados y de beneficiarios del bono de la pobreza.
El bloqueo institucional es evidente. Los poderes legislativo y judicial están en su peor momento, mientras el poder ejecutivo acumula leyes que permiten al Presidente tener la primera y la última palabra en todos los temas nacionales; al mismo tiempo que, abusando de los medios públicos, pretende que los medios privados sean fundaciones de beneficencia. Mientras tanto, corren los días para que por el famoso Ministerio de la Ley entre en vigencia el futuro Código de Planificación y Finanzas Públicas, especie de camisa de fuerza legal a favor del presupuesto fiscal que recibirá dólares y cuando no los tenga, los entregará convertidos en bonos del mismo Estado. Han pasado cinco años y el presidente Correa es un hombre muy solitario, pues ahora sólo confía en él mismo.

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