miércoles, 7 de diciembre de 2011

Por la gracia de Correa y la complicidad del resto

 2 DE AGOSTO DEL 2010 . VANGUARDIA  

Que nadie se engañe: Rafael Correa nos tiene en sus manos. Sus coidearios, por indignos o incapaces, y nosotros, por cómodos o irresponsables, hoy nos encontramos en un punto de nuestra historia en que el conductor se ha tomado el país de palabra y de obra, y nos lleva a cualquier destino, que quizá ni él mismo conoce, pues tan grande es la confianza que Correa tiene en sí mismo, que el hacer camino al andar es parte de su ruta, hoy convertida en la ruta de todos.
Con su aborregamiento, los coidearios de Rafael Correa nos han demostrado que, frente a volver al anonimato —en caso de negarse a hacer el papel de funcionario sumiso o de asambleísta escondido en su oficina un domingo por la noche—, todos, sin excepción alguna, han escogido la triste ruta de Panchana y Romo: él ya no decepciona a nadie, pero ella sí. Pues ellas y ellos saben bien que ninguno tiene la entereza de Alberto Acosta, el único defenestrado que, con firmeza, dice esta boca es mía, aunque sea para protestar porque Correa no le hace caso y se niega a convertirse en ecologista y vegetariano.
Gracias al exagerado gasto público —el del pasado y el del presente—, Correa ha logrado que, al mismo tiempo que avanza la carísima construcción de su obra vial, hoy sumen 1 700 000 los ecuatorianos que reciben un bono mensual.
Así ambos hechos constituyen dos elementos de reconocimiento y apoyo popular que permiten al Primer Mandatario beneficiarse de la esperanza de que mañana las carreteras y los puentes nos traerán progreso económico. Entre tanto, las masas se acostumbran a sobrevivir gracias a un subsidio que la propaganda oficial se encarga de presentar como un acto de amor al prójimo, proveniente de un Presidente que lo que entiende por academia y democracia lo fusiona a su gusto, y nos lo trasmite en grandes sobredosis verbales llenas de veneno contra muchos de sus hermanos ecuatorianos, confirmando aquello de que para él el odio entre hermanos es algo normal.
Oportunamente Correa nos advirtió que su gobierno sería una permanente campaña política para luchar contra todos los malos que quieren destrozar el país.
Más allá de que siempre se preocupa de mantenerlas contentas y aceitadas, Correa no se lanzará contra las bayonetas como lo hacía Velasco Ibarra, pero en lo que sí seguirá a su antecesor es imitándolo en la permanente actitud de ser el abanderado del pueblo, postura que sumada a la complicidad de sus asambleístas, le permitirá jugar con figuras como la muerte cruzada o las consultas populares, mientras al mismo tiempo compra tiempo basado en un clientelar gasto público alimentado por ahora por la maquiavélica banca pública china...
Qué papel tan triste el de los asambleístas de oposición que concurrieron a la convocatoria legislativa para un domingo por la noche. Tan triste como la conducta de los que no bajaron al Pleno siguiendo las instrucciones presidenciales. ¡Qué suerte la de Correa! Los legisladores propios y los ajenos no dan la talla, por lo que no molestan los unos ni los otros. Los analistas creyentes de que algo grave pasa —porque a veces es necesario que Ricardo Patiño y Alexis Mera se trasladen en persona para controlar a los legisladores afines—, no aprecian el bajo costo que este traslado nocturno significa, si lo comparamos con obtener la vigencia de una ley petrolera que ayudará al Ejecutivo a tomar decisiones a dedo.
La fecha ya ha sido fijada. El próximo 15 de noviembre todas las personas y movimientos afines con Rafael Correa se fusionarán y consolidarán dentro de una estructura política llamada PAIS, cuyo primer mandamiento será el mantenerse unidos para ser parte de un partido que nos seguirá gobernando durante todos los años posibles, bajo la férrea batuta del presidente Correa, por sí mismo o por interpuesta persona, de acuerdo a las circunstancias futuras.
Por ser una sociedad sin instituciones estamos en manos de Correa. Ecuador tendrá las instituciones que él va construyendo, gracias a la complicidad de PAIS y al encubrimiento del resto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario