viernes, 25 de noviembre de 2011

Viviana Cordero y Rafael Correa sí se parecen...

25 de noviembre del 2008 . VANGUARDIA

Viviana guionista y directora. En su película Retazos de vida, a lo largo de 90 minutos nos pone plácidos con la permanente recreación de las partes bonitas de Guayaquil como hermoso fondo de esta sonsa trama: una joven guapetona regresa de España para asistir a la frustrada boda secreta de su vieja abuela. Mientras tanto, su voluptuosa, drogadicta y botoxeada prima compite como top model con una graciosa flaca chola vinceña. Además, su añosa tía mantiene un secreto embarazo furtivo.
Todo esto es alcahueteado por un secretario afeminado y maricón. Al final, la abuela no se casó pues el novio se le muere, la cuarentona quedó preñada, la prima turista se levantó al novio de la prima coquera y la vinceña quedó como niña buena y como modelo exitosa.
Rafael, primer guionista y actor nacional, en su monólogo telerradiado Diálogo con el Presidente.
Durante largos 120 minutos,que comienzan con su primer desayuno hasta su última cena semanal (multiplicar 3 por 7 = 21 tremendas comilonas semanales) nos interpreta en relato oral y mímico sus intrépidas actuaciones presidenciales. Así, el Presidente comparte con nosotros las alegrías de sus aciertos y también los dolores causados por sus apóstoles. Ellos, abajo, en primera fila y con un chuchaqui seco.
No provoca ver de nuevo la película de Viviana.
Y los que vivimos cada vertiginosa semana presidencial, verificamos que el siguiente sábado será igual que el sábado pasado.
Viviana debiera ser la próxima Ministra de Cultura, pues ella y el Presidente hacen exactamente lo mismo: todo y nada. La película de Viviana es apta para todo público y prohibida para menores. Sexo, droga, amor de abuela, codicia y envidia, amor puro, gente plástica y almas nobles, todos nos son entregados por Viviana en varios retazos a lo largo de esta mediocre película en la cual los actores son lo menos malo. Por su lado, el Presidente también es todo y nada: su telerradiada entrega semanal de retazos es prohibida para derechistas, centristas e izquierdistas.
Sólo es apta para los populistas.
¿Por qué ninguna de nuestras celebridades da la talla? ¿Por qué Rafael Correa, ex boy scout becario del San José, la Católica, Bélgica, Estados Unidos y contumaz ganador de elecciones, comienza a mostrar una quilla corta, aunque se vende como que se las sabe todas —domina el español, reza en quechua y quizá hasta lee en francés e inglés—? ¿Por qué nuestra nueva y flamante Constitución del siglo XXI es similar a un cuadro surrealista colgado en una covacha sitiada por los caníbales políticos de Alianza País? ¿Por qué se percibe que el presidente Rafael Correa está preso en su celda propia desde donde culpa a sus caretucos colaboradores de la ineficiencia de su gobierno? ¿Por qué sentimos que al gobierno se le acabó la cuerda y que todo será en bajada? ¿Por qué los organismos de control y los poderes electoral, constitucional , judicial y el legislativo llamado congresillo, son de bolsillo? ¿Existe una Corte de Justicia idónea para juzgar a los ex presidentes y ministros escandalosamente acusados por una comisión ad hoc de auditoría, sobre la deuda externa, orquestada tanto por la televisión pública como por la privada? ¿Creerá el presidente que al no pagar USD 30 millones de la deuda externa y comprar un avión del mismo precio, éste nos salió gratis? ¿Quién es el mismísimo culpable de que todo esto nos suceda en el Ecuador? Todos somos inocentes y todos somos culpables de ser mediocres. Pues si de generación en generación no logramos regenerarnos y más bien nos degeneramos, significa que estamos condenados a morir de mediocridad, esa enfermedad hasta ahora incurable que unos menos mediocres que otros —Viviana y Rafael— muestran en retazos haciendo malas películas o en presentaciones semanales en que nuestro Presidente trata de quedar ante sí mismo y nosotros lo mejor que puede, como si no nos diéramos cuenta de que se le acaba la chequera con que gira con largueza.

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